Política, como por variar hablemos de política
Hoy he visto tantas cosas interesantes en las noticias y que merecen tantos comentarios que estoy simplemente abrumado.
La noticia de la venta de Motorola, antes de Google y ahora de Lenovo, está en la parte alta de mi lista. No es de hoy, está bien, es de esta semana eso sí. A pesar de lo que la noticia que enlazo indique, no creo que el objetivo real sea perjudicar a Apple, aunque para Google, Samsung, Lenovo y para mí, que Apple sufra nunca viene mal. Sin embargo, desde mi punto de vista, la cosa es más complicada, es un tema de entrada al mercado más cerrado y complejo de todos, China, de cómo en China Android se estaba liberando de Google y cómo con los desarrollos de Motorola, especialmente el Moto X, Lenovo al meterlos en China le hace todo el trabajo sucio a Google en ese mercado.
En deportes, tenemos al Atlético de Madrid líder en España como homenaje a Aragonés, tres puntos sobre el Barcelona y cinco sobre el Real Madrid. En otras palabras, aparte del Atlético solamente el Barcelona podría ser campeón por sus propios medios en este momento, el Real depende de ayuditas y de no seguir empatando los partidos de las fechas serias. Se le reconoce a Simeone y sus jugadores el trabajo, aguantar el ritmo que marca la Liga en este momento es de valientes.
Más deportes, en Colombia ya empezó la hecatombe del más veces campeón, aunque algunos dirán que solamente fue una derrota y que el anterior partido fue victoria, la cosa con Lillo de técnico realmente no promete y menos si va a salir en las ruedas de prensa a hablar de falta de compromiso de los jugadores que se van del club dejando algo de plata para cubrir el desastre financiero que, curiosamente, fue creado justamente por los valedores de su llegada al banquillo azul.
Pero pasemos a temas que realmente interesan, conmueven, emocionan y divierten. O, al menos, que deberían tener un mínimo de importancia a la hora de pensar en que se es colombiano. Nuestra querida dirigencia política insiste, por hecho y omisión, en mostrarnos que a pesar de todo lo que se diga lo más tranquilo para todos es que Juan Manuel Santos siga siendo el presidente de los colombianos por cuatro años más. En qué otra forma podemos explicarnos entonces que los candidatos elegidos para hacerle frente en la contienda electoral sean los que son y que, peor aún, se esté dejando fuera o al menos parezca que se quiere dejar fuera a los que van cayendo poco a poco? Sí, para los que no se han dado cuenta, no solamente voy a hablar de política, voy a hablar de cálculos electorales, de posibilidades y de pronósticos, aunque todo hay que decirlo, en el país del Sagrado Corazón donde la gente todavía vota por lo sagrado y a su país no le pone corazón cualquier cosa puede pasar.
Santos es politiquero aún a pesar de solamente haber pasado por una elección popular hasta el momento. Es oportunista, marrullero, calculador y farandulero. Por si mencionar esas atrocidades no fuera suficiente, es periodista de los que ven ganancias económicas en el periodismo, lo que en términos claros significa que comercia con la verdad y lo sabe hacer. Sin embargo, a pesar de que todo esto suene a que es la peor persona para dirigir el país, desde mi punto de vista confluyen dos cosas en su defensa en este momento.
1) Creo firmemente que el tipo ha hecho todo lo que ha podido para hacer las cosas bien, con lo que me refiero a que si bien se ha equivocado no ha cometido esas equivocaciones con plena intención de anteponer sus deseos al beneficio del país. Muchos me criticarán en este momento empezando por hablar de la mermelada y de lo que significa para un país como Colombia, a lo que me limito a decir que cualquiera que haya tenido un cargo de poder ha querido rodearse de gente con la que pueda contar para lograr que sus decisiones e intenciones no e vean bloqueadas inmediatamente y que, más allá de eso, Santos se ha caracterizado por tener en puestos relativamente altos a gente que siendo cercana a él también ha lanzado cuestionamientos de diferentes niveles contra puntos específicos de su administración. Es Colombia, es política, es el arte de negociar. Aunque no estoy de acuerdo con la idea de que todo vale tengo que decir que no creo que Santos lo esté tampoco y en más de una ocasión lo ha mostrado, si no que lo digan los grandes caciques políticos que perdieron sus altas mesadas pensionales en una decisión que contó con el apoyo abierto y frontal de la Presidencia.
2) Los partidos políticos nos han mostrado que hay al menos una docena de personas menos aptas para gobernar ese terruño que llamamos patria. Zuluaga que fundamenta toda su campaña en ser el elegido de El Elegido, que a su vez monta todo su andamiaje sobre la sensación de inseguridad de la gente que él mismo creó, porque las cifras muestran que el gobierno Santos no ha sido sensiblemente más violento que el gobierno Uribe. Marta Lucía, que tiene la campaña muerta antes de empezar, siendo la candidata de un partido que además de naturalmente agonizante está dividido entre santistas, uribistas y los dos o tres gatos que en medio del revuelo lograron que ella fuera designada para ponerle piernas a las elecciones (y no, las piernas de Marta Lucía ya no dan para ser motivo de interés en las elecciones). Clara, de un partido desprestigiado, cada vez más raquítico en cuanto a cabezas visibles que se destaquen por su trabajo y su capacidad de llegar a las masas; triste la historia de Clara que cubriendo el micro-periodo que le dejó Samuel Moreno mostró que sí hay alguien de la izquierda que sabe gobernar, pero que gracias a Samuel y a otros cuantos que acaban con el nombre del Polo, así como a Petro, Navarro y similares que lo dejaron para saltar a barcos mediáticos más llamativos, es ahora la candidata de una fuerza sin fuerza. Aída, que seguramente de todos los que he mencionado es la que más sabe de política pero que representa lo peor de las peores ideas que podrían llegar a Palacio en este momento. Eso entre los ya designados… porque además los progresistas insisten en bloquear a Peñalosa en la Alianza Verde que tiene la personería jurídica que ellos necesitaban justamente gracias al trabajo de Peñalosa y compañeros. Lo siento pero la clase política en este país hace mucho tiempo dejó de tener clase y ahora están demostrando dejar de tener política, dejar de tener impacto, haberse convertido en gente que llega a las curules porque comprar votos no es tan difícil o porque nadie más se lanza para no contaminarse de gente como ellos, con lo que solamente han logrado mostrar que, aunque sea por falta de rivales dignos, Santos es la mejor opción en el momento.
Ah, y por favor no voten en blanco. Siempre habrá algún grupo de gente diciendo que es la opción de protesta, que es la forma de cambiar las cosas y ese tipo de brillantes y superficiales afirmaciones. La verdad? La verdad es que si el voto en blanco gana lanzamos un montón de plata de las elecciones a la basura, porque eso solamente queda como dato anecdótico, porque se requiere elegir a un presidente y entonces se necesita que haya candidatos con aval político que no sean los mismos candidatos de antes, con lo que solamente los partidos podrían registrar candidatos (no habría forma material de inscribir a nadie por firmas, por ejemplo) y tendrían que buscar a sus segundos candidatos, lo que lleva a pensar cómo pueden verse sus segundos candidatos si así se ven los primeros.
Para el futuro, para mejorar las cosas, cada vez que voten en cosas tan “simples” como una votación a Concejo o Cámara de Representantes miren bien por quién votan, sigan el desarrollo de esas personas por las que votan, aprovechen programas como Congreso Visible para hacer algo de control democrático a los que son elegidos, porque es en esas elecciones que deberíamos estar formando a los que más adelante llegarán a ser candidatos presidenciales. Es cierto que parte de nuestros candidatos ya sale de contiendas como esas, pero un seguimiento fuerte a la trayectoria de los que van lentamente escalando nos podría permitir tener figuras políticas conocidas, legítimas, que nos representen y que a la vez puedan llegar a representar incluso a los sectores que les son opuestos, porque aunque muchos no lo acepten el Presidente de la República nos representa a todos.