Alguien quiere por favor pensar en los niños…
Esta entrada seguramente será mucho más corta que las usuales.
Empezaré con los antecedentes de opinión de rigor: soy de lo que se autodenomina clase media alta y que el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) considera clase alta media, mismas palabras en otro orden y varios niveles sociales de diferencia. Soy hijo de padres que nunca se casaron, mi padre estaba casado antes de conocer a mi mamá. Fui criado por mis padres biológicos con la ayuda de muchas personas de la familia de mi mamá, sumadas a otras personas no familiares que se unieron en el camino, como el esposo de mi mamá al que tengo muchas cosas que agradecer. Jamás en la vida me ha faltado comida, ropa o estudio, además de otros muchos lujos y comodidades de los que he disfrutado. Fui instruido en colegios de creencia católica, pasando diez años de mi vida en uno de ellos en el que las directivas no eran religiosos pero la filosofía del colegio sí lo era, e incluso en algún momento trabajé en un colegio de los benedictinos; todo esto como antecedente a decir que no creo en la religión católica y en ninguna otra y que las religiones me parecen bastante falsas y conflictivas, aunque respeto que cada persona crea lo que quiera creer. Soy heterosexual. Conozco personas heterosexuales que adoptaron, conozco personas adoptadas, conozco parejas homosexuales que tienen hijos y he visto cómo los crían y educan.
Dicho todo eso, el núcleo de mi escrito de hoy es relativamente corto y relativamente concreto. No creo que los homosexuales deban tener más ni menos derechos que los heterosexuales, y en ese sentido creo que si legalizar una relación sentimental con otro ser humano es un derecho para los heterosexuales también debería serlo para los homosexuales. Así mismo creo que si tomar la potestad legal de un ser humano del que sus padres biológicos no quiere o no pueden hacerse cargo es un derecho para los heterosexuales, también debería serlo para los homosexuales. Pero más allá de todo eso, si no lo quieren pensar como un derecho de los posibles padres, la adopción por parejas homosexuales debería ser un derecho de los posibles hijos.
No dudo del trabajo que hacen o al menos intentan hacer organizaciones como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Pero estoy absolutamente convencido de que la mayoría de las parejas homosexuales que quieren adoptar, si no todas, tienen la posibilidad de brindar a esos posibles hijos mejores posibilidades de alimentación, educación, habitación, recreación y sí, cariño también. Además, si se le permite a esas personas adoptar, muchos de esos posibles hijos saldrían del sistema de protección del Estado y, por puras matemáticas baratas, los que aún estén en el sistema, los que no son adoptados, van a tener mayores recursos a su disposición.
El punto negativo de la adopción por parte de parejas homosexuales: . En serio, no lo veo. Dicen que los hijos que adopten serían homosexuales. Claro, porque como todos los hijos de parejas heterosexuales son heterosexuales entonces los de parejas homosexuales serán homosexuales. Porque estamos de acuerdo en que los hijos de parejas heterosexuales son heterosexuales, ¿no? Ah, cierto, NO. ¿Y qué otra cosa? Terrible tener más niños que pasan de ser huérfanos a formar parte de familias que están dispuestas a darles un nivel de vida al que no tendrían acceso desde el orfanato, ¿verdad?
En fin, dejaré este comentario por aquí y seguiré mi camino, vamos a ver en cuál tema de actualidad nacional me meto la próxima vez.
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